La
información de Apple sobre su impacto medioambiental es exhaustiva porque se
basa en sus productos: qué ocurre durante su diseño y fabricación, y qué ocurre
cuando te los llevas y los usas.
En la
última década, los diseñadores e ingenieros de Apple han estado a la vanguardia
del desarrollo de productos más pequeños, finos y ligeros. Conforme sus productos ganan en potencia, requieren menos materiales para su fabricación y
generan menos emisiones de carbono. Por ejemplo, aunque el actual iMac de 21,5
pulgadas es más potente y tiene una pantalla mucho más grande que el iMac de 15
pulgadas de primera generación, su diseño emplea un 50% menos de materiales y
genera la mitad de emisiones. Incluso el iPad es ahora un 33% más fino y hasta
un 15% más ligero en solo una generación, y el resultado es una reducción del
5% en las emisiones de carbono generadas.
Desde 1994, se han fomentado programas de reciclaje en un
95% de los países donde se venden los productos, con lo se ha evitado que
acaben en los vertederos más de 115.504 toneladas de equipos electrónicos. El
objetivo para 2010 era conseguir una tasa de reciclaje del 70% a nivel mundial.
(Para calcular esta tasa, se ha empleado un sistema de medición propuesto por
Dell que contempla productos con un ciclo de vida de siete años. El peso de los
materiales que se reciclan cada año se compara con el peso total de los
productos de Apple vendidos durante los siete años anteriores). No solo se
alcanzó sino que rebasó el objetivo de 2010. Esto supera con creces las últimas
cifras publicadas por Dell y HP, que en ningún caso llegaban al 20%. En 2011,
el reciclaje de Apple en todo el mundo sobrepasó nuevamente el objetivo del 70%
y se confía en mantener este nivel hasta 2015.
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